María Antonieta: La vie est belle

El collar de María Antonieta, oleo de KolordeCítara

El collar de María Antonieta, por KolordeCítara

Érase una vez un rico heredero en edad de merecer. Como se pegaba la vida padre y estaba acostumbrado a que se lo hicieran todo, le buscaron hasta la novia formal, para que continuase la saga. Entonces van y le traen una alemanita, concretamente de Austria, que en aquellos tiempos aún estaba anexionada a Alemania, como saben. Pero se casan y ni alemanita, ni francés, ni griego; el andoba ni se estremece, con lo que pone en peligro la dinastía. No sé si es que pensó que “Esta es mucha mujer pa mi”, o que “Me gusta, pero como amiga”, porque ellos se llevan bien y eso y él ni se enfada, ni se pone celoso, ni nada, era como un amigo gay, que, como se sabe, porque yo lo digo muchas veces, es el mejor amigo para una chica.

Tampoco aclara la peli si el chico se lo montaba con algún cortesano o algo, pero es que eso, con lo de tapadillo que eran entonces, no lo habrían descubierto ni los Massin, Jean y Brigitte

Lo que está claro es que no salió a su padre, que hasta se echó una concubina llamada Du Barry, que la sacó de Dios sabe dónde, porque en aquellos tiempos, todo lo que no era de Versalles era de Dios sabe donde

Eso sí, él es un pagafantas y le financia todos los mimos y caprichos, como una colección de zapatos monísimos, chulis, chulis, muy en la línea Christian Lacroix, y además con un tacón muy razonable, que, para la vida que llevaba la de Austria le venían muy bien, porque ella, como una buena chica mala, iba a todas partes. De hecho, creo que, de haber existido entonces, ella habría calzado unas deportivas, para trotar mejor. Más le valía haber ido un poco al instituto, a aprender un poco de historia, claro que si me oye Sofía Coppola lo mismo me da una colleja porque ella defiende a morir a su Mª Antonieta, y quiere dejar muy claro en la peli que la muchacha no dijo aquello de “Pues que coman pasteles”, cuando le comentaron que el pueblo no tenía para pan

También le ponen una asistente personal, que siempre va acompañada de un séquito de más ayudantes para que a su señorita le pongan hasta los anillos. En aquellos tiempos las asistentes personales de las reinas tenían que ser princesas, o marquesas, o algo. Iban allí por las mañanas, todas juntas, a llevarle el desayuno en un cojín. Y la despertaban para que desayunara entre reverencias. A la Antoinette esto no le hacía ninguna gracia, por lo que aquí sí, mira por donde, se le despierta la vena crítica y, como si fuera de Chicago,  va y dice:

Esto es absurdo…

Por lo que la dama, Judy Davis, aclara

Esto es Versalles…

Esta asistenta parece una media aritmética entre la caricatura, el comic y la Commedia dell’Arte, lo cual le pega muy bien a esta peli

Total, que la austriaca se lo pasa pipa. Ella y sus amiguetes disponen de más tiempo que un jubilado, tienen sueldo de banquero y cuerpo adolescente. Así que, como no tienen que madrugar se van a ver amanecer al lado de un riachuelo que pasaba por allí. También hacen muchos guateques, y la Coppola, para darles más marcha, les pone música de los ochenta o noventa o por ahí. Será por eso por lo que hablan como si estuvieran en una película de Woody Allen, cenando en Manhattan. Eso sí, cuando quiere volver a entrar en situación, pone algo más a lo Lully, ese intrigante francés

Después la joven se busca un noviete. Con éste sí que se la ve ñaca-ñaca. Ahora, que a nadie se le pongan los dientes largos porque la escena es bastante light. Se ve que a Sofía Coppola le pasa lo que a Buñuel, que no le gustan esos excesos de algunos, que parecen casi una peli porno y se lo hacen pasar a los actores fatal

Después de algún tiempo llega por fin descendencia. El marido no se extraña ni nada, por lo que podemos suponer que han tenido algo en su propia intimidad de ellos, la cual no ha trascendido a la pantalla. A lo mejor es porque tratándose de Luis XVI es un peligro y luego van y se lo censuran, como a El Jueves. Pero ellos no tienen niños normales, tienen delfines, como en Terra Mítica

Luego hay uno que quiere mangonearlo todo, igual que en las comunidades de vecinos y en la Judicatura, como ha dejado claro el juez Elpidio. Vamos que Luis XVI va allí, a los despachos, con su peluquín, y sólo tiene que decir que sí. Es que él y su María Antonieta son unos inocentes, que nacen ahí a mesa puesta y a mesa quitá y que van a hacer, pues aprovecharse ¿Usted qué haría? parece decir Sofía Coppola, que los defiende como si fueran sus primos o algo

Marcha de las mujeres sobre Versalles

Marcha de las mujeres sobre Versalles, 1789. Revolución francesa

Pero un día, los de Dios sabe dónde se presentan en Versalles, porque quieren comer pan y pasteles, ya que no les parece mal la sugerencia ¿Usted qué haría? La María Antonieta, al verlos llegar de visita con las palas y los rastrillos en alto y alzando la voz, sale al balcón y se inclina en una reverencia, como cuando se agachaba a coger piedrecillas en el riachuelo de los amaneceres after hours, total, que le cuesta a ella

-Oye, si cuela, cuela

Pero no coló. Y ahí se acaba la peli porque como estaba quedando todo tan pijo, no pegaban ahí, cogiendo protagonismo, los de Dios sabe dónde…

KolordeCítara

4 pensamientos en “María Antonieta: La vie est belle

  1. […] La verdad es que todo esto me suena como si fuera una película, pero qué le vamos a hacer, es lo que hay. Es decir, una avanzadilla de lo que hay. (Tendré que hacer una versión gamberrilla) […]

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  2. […] – Caperucita – Seguridad – MariAntonieta – Seguridad –Mosquiario – Seguridad – Gato – Seguridad – Kontrapunto – Seguridad […]

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  3. […] la empresocracia para presionar a los presionables? ¿Mandarán emisarios como en los tiempos de María Antonieta? ¿Enviarán palomas mensajeras? ¿Tal vez una seductora nivel 3 como en Alphaville? Huy qué […]

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  4. […] a publicarlo por megafonía. Se lo dedico a la Profesora, a Las Voces Búlgaras, a la Ópera y a María Antonieta. A la mosca cojonera, a la presumida, a La Valse y a Caperucita. Al monstruo Monstrador, a Trena […]

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