Sundown, de Michel Franco. Una terca desidia…

Tim Roth en Sundown, de Michel Franco (2021), en un fotograma que ilustra esa terca desidia...la verdadera protagonista del film...
Tim Roth en Sundown, de Michel Franco (2021)

Cuando termino de ver una película y me quedo mirando los créditos, alucino con la cantidad de profesionales involucrados en el proyecto. Listas interminables, mucho dinero. Todo eso tiene que ser gestionado, finalmente, por el director de la película. Y es evidente que los productores no pueden dejar todo eso en manos de cualquiera. Por eso creo, especialmente cuando se trata de las mejores películas, que los directores, para coordinar todo el talento que se pone en sus manos, tienen que estar hechos de una pasta especial. Creo también que tienen muchísima información, y que negocian con sus patrocinadores, de manera implícita o explícita, hasta dónde, y cómo, “pueden leer”. Hablé de esto en mi artículo Cine y conspiración, mucha conspiración, de 2020.

Pero, sin duda, cuando alguien trabaja con un medio de comunicación, y el cine también lo es, debe ser muy duro tener información y no poder compartirla. Y, al igual que, hacia 1595, los actores de las ferias, agudizaban su ingenio para esquivar los monopolios que se concedían a ciertas compañías de ópera, algunos cineastas dejan, ingeniosamente, sus crípticos mensajes, esos que demuestran que saben.

Visioné atentamente Sundown, esperando que el personaje interpretado por Tim Roth me diese las claves para encontrar un sentido a su exhibición de esa terca desidia, verdadera protagonista del film. Hacia el final de la película, cuando se le diagnostica cáncer, con una metástasis que ha llegado al lóbulo frontal, busqué rápidamente información sobre esa parte del cerebro.

El lóbulo frontal es el que regula las emociones, la iniciativa, los impulsos, la memoria, el comportamiento- Y si está dañado puede provocar apatía, desmotivación… Es decir, que para ese carácter indolente y apático del hombre no había una explicación metafísica, sino física.

Así, de pronto, eso me pareció un truco barato. que acababa de un plumazo con ese misterio subyugante que irradiaba la película hasta ese momento.  

Sin embargo, de una manera inconsciente, algo en mi cabeza continuó dando vueltas, procesando el guion, y, al cabo de un rato, reclamó mi atención, porque había hecho otras lecturas.

La familia protagonista es inmensamente rica, posee propiedades y prósperos negocios, y se puede permitir el lujo de asignar al hermano apático -a cambio de que renuncie a todo lo demás- un vitalicio de 10.000 libras mensuales, lo cual es muchísimo menos de lo que representa su fortuna. El accede, porque no le importa el dinero. En realidad no parece importarle nada.

Este proceder desinteresado es muy beneficioso para la élite, que puede quedarse con lo mejor sin ninguna oposición. Porque los que deberían oponerse, individuos o sociedad, tienen una metástasis incapacitante, física o psicológica.

En algunos casos, las películas hay que situarlas en el contexto de la obra del autor. E, incluso, tener en cuenta las declaraciones del mismo durante el periodo de promoción, o en otros. Porque frecuentemente quieren transmitir un determinado mensaje o advertencia, recurrente a lo largo de su obra. Como cuando Michel Franco dice, en una entrevista, que “Mucha gente quiere cerrar los ojos y pensar que vivimos en Disneylandia…” o “Lo que no vemos o no hablamos es lo que nos acaba matando”

Porque Tim Roth también podría representar en la película una metáfora de esa sociedad indolente, apática y conforme con lo que le quieran adjudicar, como si estuviera anestesiada, o invadida por un cáncer paralizante. Como si su cerebro estuviera dañado.

Y, por cierto, la afectación de ese lóbulo tan determinante del carácter, puede ser provocada por medio de dispositivos tecnológicos. Puede que lo estén haciendo… Y toda esa situación es muy conveniente para los que quieren quedarse con el trozo más grande del pastel.

¿Les parece conspiranoico?  A mí no. Yo también creo que alejarse de Disneylandia -y tomar el camino de la llamada conspiranoia- ayuda. Porque la conspiranoia es informativa, inspiradora…

Despierta!!!

La anterior exclamación no es mía. Aparece así, como la primera palabra de la película. Se lo dice uno de los chicos a un adormilado Neil-Tim Roth, mientras le tira una toalla a la cabeza. Por si quedaba alguna duda…

Como tantas otras obras, esta es la parábola de una sociedad que no reacciona, como si creyera que todo es tan perfecto como el mejor de los parques de atracciones. Más claro no lo pueden decir, si es que quieren estrenar su película con honores. Yo lo digo porque este año no estreno ninguna…

©Pax Rincón Toledano, abril de 2024