Lecturas 1, 2, 3 y 4 de La ópera, de Monteverdi a Mozart

Gondola in Venice, 1908 Monet

Gondola in Venice, 1908, de Claude Monet. Venecia fue una de las primeras ciudades en las que se comercializó la ópera

(1) Sobre la ópera comercial en el Barroco

«…Para satisfacer la demanda de los nobles menos ricos, se comercializó la ópera cortesana mediante compañías profesionales. Este tipo de agrupación surgió muy pronto en centros mercantiles como Venecia, Nápoles, Hamburgo y Londres. En estos sitios la nobleza y los ricos patricios apoyaron las empresas mediante un sistema de compra de acciones que permitía a sus suscriptores asistir a las representaciones. Los palcos de la ópera de Venecia pertenecían a nobles de toda Europa, que solían reunirse durante la divertida temporada del carnaval en esta ciudad proverbialmente «libre». Las butacas se vendían en taquilla… Los gondoleros venecianos, cuyo conocido juicio musical con frecuencia determinaba el éxito o el fracaso de una ópera, eran admitidos gratis a los asientos vacíos y constituían la claque. A menudo, aumentaban el sentido de diversión de la obra con sus francos, aunque impublicables comentarios sobre los cantantes…»

(De La música en la época barroca, de Manfred F. Bukofzer)

 

(2) Sobre la escenografía colosal de la ópera barroca

«…El cielo se abrió y aparecieron Júpiter y Juno glorificados y otras divinidades. Esta gran maquinaria descendió hasta el suelo con acompañamiento de voces e instrumentos verdaderamente divinos. Juntos los dos héroes, la maquinaria les subió al cielo. Aquí el real y digno acontecimiento tuvo fin…»

(Escrito en 1637, citado en Venetian Opera in Seventeenth Century, de Simon Towneley Worsthorne, y que se recoge en La ópera de Leslie Orrey)

 

(3) Sobre la ópera cortesana en el Barroco

«… Las prodigiosas sumas devoradas por los decorados y máquinas sólo son comparables a las gastadas en los cantantes. Todas las características enfermizas del star system relacionadas con el teatro y el cine de la actualidad casi palidecen si se comparan con las de la ópera barroca. Las estrellas recién nacidas eran las cantantes femeninas y los castrati…»

(De La música en la época barroca, de Manfred F. Bukofzer)

Cartel para la ópera Serse, de Haendel

Cartel para la ópera Serse, de Haendel

(4) Sobre los castrati

«…Esta evolución… recibió un mayor impulso cuando los cantantes italianos desarrollaron voces que rivalizaban con el violín en agilidad, con la trompeta en sonoridad y con el órgano en aguante. Se trataba de los castrati o sopranos o contraltos varones que aparecieron al principio en los coros de las iglesias… y que pronto llegaran a dominar el teatro. Se ha hablado mucho, quizá  demasiado, de su perniciosa influencia. Se les ha criticado por egocéntricos, vanos, estúpidos, codiciosos; sin duda algunos lo eran. Varios, por ejemplo Farinelli, Senesino y Caffarelli, amasaron grandes fortunas; al igual que otros intérpretes en su época y en la nuestra. No todos eran estúpidos; Nicolini, que cantó el papel de Rinaldo en la ópera de Händel de este nombre, era un actor extremadamente inteligente… Porpora, compositor, lingüista, el más distinguido profesor de canto de Europa, era muy considerado por Händel, Hasse y Haydn…»

(De La ópera de Leslie Orrey)

Selección de lecturas: septiembre de 1999 por

KolordeCítara